‘‘ Del dedo a la cuerda’’

DÚO: Del dedo a la cuerda, de la cuerda hacia el canto, del canto hasta el beso, del beso a los sueños, los sueños del beso, del canto, reflejos de la realidad,
la vida, la muerte, solares, museos, hoteles, burdeles todo por cantar.

Boté los cepillos de pelo, crecieron muy largo mis pelos, pasé del casete a la ficha, conciertos, los premios, aplausos, pura vanidad,
usé los collares de santos espantados, espantos de mí, del asfalto, el maná.

Y entre col y col, mujeres, cigarrillos, ron comiéndose mis madrugadas sin cabeza,
mientras hacía sexo en un pasillo, un ascensor con las princesas,
también le gritaba a los mares, ahogaba a la luz y oxidaba la espera,
cansaba a los niños, perdía fortaleza,
y olvidaba,
y olvidaba.

Dormí en aeropuertos y alcé monumentos, jugué con la nieve, salté barricadas, rompí mi guitarra saldando promesas, aunque me asfixiara.
No usé cocaína, ni hinqué con espinas de flores fragantes, divinas.

Me hice una culpa, de vuelo negaba, a cinco de eme, cual especie humana, perdí las peleas, gané las batallas que me rondaban,
la cima era el punto con que me rogaba una zanahoria, que me arrastraba.

Y entre col y col, mujeres, cigarrillos, ron comiéndose mis madrugadas sin cabeza,
mientras hacía el sexo en un pasillo, un ascensor con las princesas,
cantaba y gritaba a los mares, ahogaba la luz y oxidaba la espera, cansaba a los niños, perdía fortaleza,
y olvidaba,
y olvidaba,
y olvidaba.